

Respira I...
Llénate de aire, y rétenlo.
Comienza a leer mientras retienes el aire.
Hazlo sin tensiones ni violencias;
si en cualquier momento comienza a ser difícil, tenso o
angustioso, deja escapar el aire vuelve a empezar.
Deja que tu vientre se relaje, se llene y se infle de aire.
Que tus hombros se relajen y se ensanchen...
que pierdan la tensión y se aflojen.
Presta atención a los cambios en todo tu cuerpo y tu espíritu;
nota todos los sentimientos y todas las sensaciones.
Manténlo todo el tiempo que puedas,
reteniendo el aliento, sin tensión, sin esfuerzo.
Al volver a respirar, deja salir lentamente el aire, tranquila y suavemente.
Repite tres veces este proceso:
respira profundo, y retén el aire todo el tiempo que puedas,
tranquila y relajadamente, luego exhala con calma, con fluidez,
mientras los ojos se te van cerrando lentamente...